Locus serenitatis

Para hacer este ejercicio nos vamos fijar en nuestra respirtación, éste será el objeto en el que pongamos nuestra atención.

Vamos relajando nuestro cuerpo de forma gradual, vamos a empezar por la cabeza y vamos bajando lentamente hasta llegar a los pies. Mientras vamos bajando nos centramos unos segundos en cada zona que se va relajando.  Vamos notando como nuestros músculos van relajandose.  Podremos sentir cosquilleo, calor, frio, hormigueo, pero esto no debe hacer que dejemos el ejercicio.

Una vez que estamos relajados, nos concentramos en nuestra respirtación. Vamos sintiendo como el aire entra por la nariz, baja por nuestra garganta y llega hasta nuestros pulmones, vivamos todas las sensaciones que esto conlleva.

Contamos las respiraciones desde una hasta cinco y volvemos a empezar.

Si notamos que perdemos la concentración y nos vamos detrás de algún pensamiento, volemos a concentrarnos en la respirtación y comenzamos de nuevo.

Es un ejercicio…

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